Erróneamente, creemos que siempre tenemos que estar alegres, divirtiéndonos, pero la verdad es que la vida no es así: hay momentos en que nos disgustamos, nuestros amigos se enfadan y no nos hablan, mientras que hay otros momentos en que al perder un ser querido (mascota, abuelos, hermanos, padres…) la tristeza, el estrés y la ansiedad se adueñan de nuestra vida.
Qué papel juegan los adultos en el duelo de los niños
Cuando perdemos un ser querido, puede ser realmente difícil saber cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida, especialmente porque nosotros también estamos atravesando nuestro propio duelo. Sin embargo, los adultos juegan un papel vital en cómo los niños pueden afrontar de forma exitosa el tema de la muerte.
Por ello, estos no deben disimular su tristeza, sino que deben incluir a sus hijos en el duelo por la muerte de un ser querido. Además, deben de mostrarles las emociones que sienten de forma natural, enseñándoles cómo afrontar y gestionar las emociones negativas. Es más, los niños al igual que los adultos, necesitan una información verdadera, honesta y precisa. Debemos hablarles de la muerte a lo largo de todo su ciclo de desarrollo vital, en relación a las experiencias que este puede vivir y la capacidad que el niño tenga de comprender.
Cómo percibe un niño la muerte
En la edad preescolar los niños pueden ya comprender que la muerte es algo que preocupa a los adultos, pero la percibe como un fenómeno temporal o reversible. No comprenden que la muerte es un hecho permanente y ven a sus padres como unos seres omnipotentes que siempre les cuidará. Esta idea está reforzada por las películas, videojuegos, los dibujos, cuentos, entre otros. Por eso, los padres tenemos que dejarles bien claro que ni ellos ni nosotros podemos hacer nada ante el fallecimiento de un ser querido.
Entre los 6 y 12 años los niños ya empiezan a tener una comprensión más realista de la muerte, porque saben ya que ésta es irreversible, permanente y universal. Hasta los 9 años los niños pueden pensar que la muerte solo les afecta a los demás pero no a ellos o a un ser querido suyo, aunque ya pueden experimentar el fenómeno de la angustia, la cual manifiestan por pequeñas crisis episódicas donde el niño sufre el temor a lo desconocido, a la pérdida del control y a la posibilidad de que su madre o padre fallezcan.
Un buen ejemplo es la película Un monstruo viene a verme, de Juan Antonio Bayona, que narra la dificultad que entraña abandonar la niñez para enfrentarse al claroscuro de la vida adulta, en circunstancias adversas, así como la inminente muerte de la madre por una enfermedad terminal. En este sentido, crecer obliga al niño a afrontar la realidad: el protagonista afronta la realidad, es decir, la muerte inminente de su madre, a través de la imaginación, que es su mejor arma y escudo para el monstruo que él mismo ha creado.
Algunos libros recomendables
A continuación, te ponemos una lista de algunos de los libros que podemos encontrar en librerías y que nos pueden ayudar a enseñar a enfrentar y comprender mejor el duelo a los niños:
- Así era mi abuelito. Parragón Ediciones
- Yo siempre te querré. Editorial Juventud
- Mamá se ha marchado. Editorial la Galera
- El tren de medianoche. Editorial Anaya.
- ¿Cómo se lo decimos a los niños? Editorial Medici. Bennet Olshker
- El cuento detrás del cuento. Editorial Guadalupe. Heicig, J.W.
