La psicología y el deporte

A lo largo de la historia, diversos deportistas consolidados como grandes referentes mundiales en sus respectivas disciplinas han trabajado, mano a mano, con psicólogos deportistas y psicólogos especialistas en ansiedad en la consecución de sus títulos mundiales. Multitud de ejemplos podríamos nombrar que nos hacen reflexionar cómo la mente precede a la acción de un deportista.

Algunos ejemplos 

Por ejemplo, Carolina Marín, campeona mundial de bádminton, afirmaba recientemente que gracias a Pablo del Río, Psicólogo del Consejo Superior de Deportes, hoy día tiene una gran fortaleza mental. También Niko García, medalla de plata en Taekwondo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, quien cuenta que cuando era junior ganaba fácilmente los combates, se sentía superior, pero luego, cuando tuvo que competir, no era capaz de controlar la ansiedad y muchísimas veces se bloqueaba mentalmente. 

Otros muchos deportistas de élite en diversos momentos críticos de sus carreras han requerido de psicólogos deportivos para afrontar lesiones importantes, enfermedades graves, caídas de rendimiento o simplemente bajones emocionales. ¿Quién no recuerda el pánico y frustración posterior que afrontó el jugador del deportivo de la Coruña, Djukic, al fallar el penalti que podía dar la liga a su equipo en el año 1994? Otro caso muy famoso fue la caída del idolatrado ciclista Lance Armstrong, que después de superar un cáncer testicular vio dilapidada su carrera profesional por un escándalo de dopaje. 

Qué papel juega el deporte en la actualidad

Las actividades deportivas satisfacen algunas de las necesidades más profundas del hombre. Es, sin duda, una de las actividades humanas que más protagonismo y que más consideración social ha alcanzado en las últimas décadas. Cualquier comunidad social, al margen de sus inevitables diferencias sociales, culturales, y económicas, es capaz de  prestar atención, divertirse, sufrir, aburrirse, alegrarse y vibrar con cualquier acontecimiento deportivo, ya sean las olimpiadas, mundiales, finales de champions, o finales de torneos, como el ATP World Tour. 

El deporte se ha convertido en el verdadero reto para el ser humano. Durante los últimos años, la actividad deportiva se ha incrementado extraordinariamente en las sociedades tecnológicamente más avanzadas, tanto en su faceta de iniciación y práctica amateur, como en el ámbito del alto rendimiento y competición.

El papel que juego el deporte en el desarrollo del ser humano no solo se reduce al ámbito fisiológico, sino que también influye de forma decisiva en el desarrollo de su personalidad, su capacidad de autoconocimiento, su motivación, el refuerzo al trabajo continuado y su voluntad. De hecho, todos ellos van a ser trascendentales para conseguir superarse y obtener grandes éxitos, afectando de forma decisiva a su salud y bienestar durante toda su ciclo vital.

El psicólogo deportivo actual

El psicólogo deportivo busca potenciar el rendimiento del deportista a partir de una serie de ejercicios prácticos, con el objetivo de entrenar su mente y su actitud y así poder conseguir que su entrenamiento técnico y físico tenga su máxima expresión. 

Hoy por hoy, empieza a verse con normalidad, e incluso como signo de éxito y prestigio, la presencia de psicólogos deportivos en los equipos técnicos de un deportista o colectivo. Equipos de fútbol (Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid…), selecciones internacionales y federaciones cuentan en su equipo de trabajo con estos profesionales para poder acceder a sus mejores logros. También centros deportivos municipales y privados (gimnasios, centros de rehabilitación, escuelas de élite deportiva…) cuentan con ellos para que apoyen a los deportistas y les asesoren sobre cómo afrontar los momentos más duros (fatiga mental y física), reforzarlos en la consecución de sus logros, entrenándoles para que aprendan a soportar el cansancio, realizando estrategias de distracción ante el dolor, entre otros. Además, también tienen la finalidad de ayudarles con la integración y relación con sus compañeros, tener un visión más realista y positiva del mundo que les rodea, manejar la tensión psicológica propia de la competición, reducir el estrés, y combatir la insatisfacción personal.

7 claves para asegurar el buen rendimiento de un deportista

El psicólogo deportivo trabaja para lograr en el deportista siete claves fundamentales que asegurarán su buen rendimiento:

  1. Capacidad para disfrutar: La única forma de conseguir el máximo rendimiento de un deportista es si este disfruta y se divierte con lo que hace, tanto en el deporte como en la vida.
  2. Tolerando la frustración: Aprender a tener control emocional es fundamental para poder superar las adversidades que podemos encontrarnos y no venirnos abajo. Fomentar la autonomía personal en el día a día favorece nuestra fortaleza mental. Cuando un joven es engreído, caprichoso y que cree merecerlo todo, el tiempo le enseñará que solo triunfará cuando se haga responsable de sus acciones.
  3. Sobreponernos a la adversidad: La adversidad es una ventaja cuando somos capaces de preverla y nos hemos entrenado para afrontarla aportando soluciones. Para poder soportar largas, duras e intensas jornadas de entrenamiento debemos ser perseverantes, ya que será entonces cuando nunca nos rendiremos y lucharemos por la victoria hasta el último momento a pesar del dolor y el cansancio.
  4. Templar nuestras emociones: Decidir y elegir las batallas que afrontaremos nos confiere un control sobre nuestro entorno. Las emociones tienen el valor que uno le quiera dar. El deportista no debe permitir que sus emociones negativas se apoderen de él. André Agassi padecía este problema en sus inicios.
  5. Gestionar nuestro ego. El ego es la imagen que difundimos de nosotros mismos hacia los demás El deportista debe tener consolidada una buena autoestima, de lo contrario cada derrota será vivida y sentida como algo muy doloroso que atenta contra su ego (yo), lo que podrá generar mucha rabia, enojo, frustración o incluso burnout, que es el fenómeno de saturación por el cual los deportistas pierden la capacidad de diversión en la práctica deportiva hecho que puede ocasionar el abandono.
  6. Aumentar nuestro poder de concentración: aprender a concentrarnos, a centrar la atención en lo que realmente es importante en cada momento.
  7. Reforzar nuestra confianza: Aprender a no dudar y a confiar en lo que realmente sabemos hacer. La confianza que se tenga en sí mismo es determinante en el desempeño deportivo. Aunque las circunstancias puedan ser adversas, el deportista debe creer en sí mismo y sus posibilidades sin importar que complicadas sean las circunstancias.
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