La Depresión Postvacacional

Todos alguna vez hemos escuchado a un amigo o compañero decir “estoy depre… mañana empiezo a trabajar “, tras regresar de un largo período vacacional. El período posterior a las vacaciones -navidad, semana santa, otras vacaciones y puentes largos- conlleva a la mayoría de personas un desajuste vital que puede ocasionar un malestar psicológico transitorio, el cual puede llevar a problemas más graves cómo estrés, que se puede tratar con un psicólogo especialista en ansiedad.

La vuelta a la rutina

En realidad, lo que comúnmente denominamos depresión postvacacional no es más que un proceso completamente normal, donde simplemente nos cuesta volver a adaptarnos a las rutinas que más dominan nuestra vida, así como volver al trabajo, la escuela, la universidad, o el gimnasio. 

De hecho, la vuelta a la rutina laboral o escolar puede traer consigo una desregularización de horarios: la hora de levantarse, ir a trabajar, comer o dormir, que se manifiestan con signos de irritabilidad, nerviosismo y tristeza. Estos síntomas son transitorios, ya que previamente la persona viene de un período vacacional donde sus horarios son flexibles y las obligaciones son escasas. 

Algunos consejos para afrontar este período

La persona debe comprender que el malestar es un síntoma que refleja nuestra dificultad para adaptarnos al medio, un medio que siempre está en constante cambio. Este proceso no tiene por qué ser algo dramático, sobre todo si intentamos vivirlo de forma natural, si comprendemos que es transitorio y que pronto conseguiremos adaptarnos. 

Aquí te proponemos algunos consejos para afrontar este período:

  • Intentar afrontar el primer día con filosofía, valorando lo bien que nos lo hemos pasado, los lugares que hemos visitado, las personas que hemos conocido o visto, las experiencias positivas que hemos vivido.
  • Tomárselo con tranquilidad. Tomarse el tiempo necesario para ponerse al día de las cosas que han sucedido mientras hemos estado fuera. Organizarse, establecer una línea de trabajo y unos objetivos realistas a cumplir durante la primera semana (leer los correos, volver al gimnasio, visitar a la familia…).
  • El trabajo debe ocupar 1/3 de nuestro tiempo vital diario, así que una vez cumplido tómese el resto del día para hacer aquello que más le gusta, ya sea tomarse una cerveza en una terraza, ver una película en el cine, salir a cenar con su pareja o unos amigos, etc. 
  • Practicar deporte, ya que ayuda a combatir el estrés, romper con la monotonía del día laboral y a ganar en energía y salud.
  • Ser positivos. Aceptar que ya hemos disfrutado nuestro tiempo para viajar, divertirnos, descansar y vivir sin grandes responsabilidades, y que ahora toca volver a trabajar o estudiar, que son actividades que mejoran nuestra autoestima y permiten sentirnos realizados, útiles y valorados.
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