¿Fantasías sexuales o perversión?

Cuando tenemos una fantasía sexual, ¿cómo podemos saber si son normales, inusuales o anómalas?

Según los estudios que se han llevado a cabo por las revistas de investigación sobre este tema (The Journal of Sexual Medicine, The Journal of Sex Research…), los resultados concluyen que la población general no tiene casi fantasías sexuales atípicas o inusuales. La naturaleza de las fantasías sexuales varía según el género del individuo y su condición cultural, social, legal, religiosa o moral. Los hombres tienden a tener mayor cantidad de fantasías sexuales que las mujeres y les gustaría incluso llegar a ponerlas en la práctica. Para ellas es una simple fantasía mental y no un deseo en sí mismo que quieren llevar a cabo. La mayoría de las fantasías en la mujer tienen cómo protagonista a su pareja o a una persona próxima, en cambio, el hombre tiene fantasías con otras personas ajenas.

La fantasía sexual en una representación mental de algo que podemos haber experimentado o creado en nuestra mente. Cuando el contenido de esta representación mental nos produce placer o excitación sexual, la denominamos fantasía sexual. Los estudios realizados hasta ahora parecen indicar que los hombres muestran más interés hacia fantasías parafílicas. Una parafilia, a diferencia de una fantasía sexual, implica una única y exclusiva fuente de placer. La conducta parafílica va más allá del control del sujeto, el placer sexual que experimenta la persona depende exclusivamente de ese objeto, situación o práctica específica.

¿Qué es una fantasía sexual parafílica y un trastorno parafílico?

Las fantasías parafílicas representan un patrón de comportamiento sexual sobre objetos, situaciones o actividades atípicas para conseguir una excitación sexual. A lo largo de la historia, las parafilias han dependido de las creencias sociales de una época y lugar determinados. Algunas de estas parafilias hasta casi mediados del siglo XX eran consideradas desviadas o anómalas, como, por ejemplo, la felación o la masturbación. Las parafilias no implican sufrimiento sobre el propio individuo u otros.

Los trastornos parafílicos, se caracterizan por una preocupación obsesiva con un comportamiento sexual, socialmente poco convencional y considerados anómalos. Estos incluyen a objetos no humanos, a niños o a otras personas que no pueden expresar su consentimiento, o el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de su pareja. Las personas que experimentan estas conductas son consideradas como pervertidos o con una desviación sexual atípica o anómala. En el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales DSM-V hay especificados ocho desórdenes parafílicos.

¿Qué tipo de parafilias son más comunes?

  • Voyerismo: el 35% de individuos dicen que se excitan y disfrutan contemplando actividades sexuales de terceros.
  • Fetichismo: el 26% de individuos consideran una parte del cuerpo o una prenda como objeto de deseo o excitación.
  • Masoquismo: el 19% de individuos que obtienen placer o excitación a través del propio dolor físico o psíquico, la humillación, la dominación y el sometimiento.
  • Pedofilia: entre el 3-5% de personas sienten atracción hacia niños de su mismo o distinto sexo.
  • Sadismo sexual: la persona obtiene placer sexual al causar sufrimiento físico o psíquico a otra persona.
  • Travestismo: un 2% de las personas obtiene excitación sexual por el contacto de prendas de ropa del sexo opuesto, con especial relevancia de la ropa interior. Estas personas suelen practicar dicha inclinación en la absoluta privacidad y secreto.
  • Necrofilia: la excitación sexual se obtiene a través de la manipulación sexual de cadáveres.
  • Urofilia y Coprofilia: la persona experimenta excitación a través del uso de la orina (lluvia dorada) y la defecación y deposición de las heces fecales.
  • Zoofilia: la persona obtiene excitación a través de relaciones sexuales con animales.
  • Asfixiofilia: la atracción por estrangular, asfixiar o ahogar a la persona durante el acto sexual, con su consentimiento y sin llegar al extremo de su fallecimiento. Se considera un trastorno de masoquismo sexual.
  • Gerontofilia: atracción sexual hacia personas ancianas, presente en el 1,5% de la población.

Hay que tener en cuenta que la falta de datos epidemiológicos sobre la prevalencia de los distintos trastornos parafílicos se debe en parte a la ausencia de definiciones y criterios clínicos claros. Muchas personas pueden tener comportamientos sexuales problemáticos, pero no satisfacen el umbral clínico de los trastornos parafílicos. Nos podemos encontrar agresores sexuales que, habiendo infringido las normas y leyes de la sociedad, no necesariamente satisfacen los criterios clínicos de las parafilias, aunque quizás estén sufriendo y necesiten tratamiento para algún otro tipo de trastorno psiquiátrico que pueda padecer (Miner y Coleman 2001).

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