Depresión navideña: ¿mito o realidad?

No todos vivimos estas fechas con la misma ilusión, motivación o participación, ¡eso si es un hecho! En el ámbito de la Salud Mental se ha constatado que mientras nos encontramos inmersos en estos días de celebración no acudimos con la misma frecuencia a la consulta y sí cuando pasan las fiestas. Una de las razones que podría explicar este hecho es que nos sentimos más acompañados y apoyados por nuestros seres queridos (familia, amigos, pareja…). Esos encuentros en familia, celebraciones de empresa (comidas, cenas…), compras en entornos animados (música, luces, adornos,
gente…) y más tiempo de ocio personal parecen estar en el origen de ese bienestar emocional.

Hay una falsa creencia popular que nos ha sido inculcada culturalmente y hoy día reforzada por campañas publicitarias agresivas (internet, televisión, TikTok, Instagram), donde todo el mundo parece estar feliz y están rodeados de seres queridos que les transmiten cariño y solidaridad. Nada más lejos de la realidad. No todo el mundo vive igual la navidad ni la disfruta como nos quieren hacer pensar. Si echamos la vista atrás, nuestros hábitos culturales al respecto han cambiado mucho, así como la forma de vivirlo o disfrutarlo. Se constata una gran presión social a través de continuos mensajes y campañas publicitarias que nos recuerdan la necesidad o deber de ser felices y compartir en familia, así como la necesidad de comprar regalos que nos aporten ilusión u motivación personal.

¿Cuáles son las razones de esta depresión navideña?

Las razones que explican este período de depresión navideña tienen un origen diverso según la persona. Vamos a mostrar algunas de las posibles razones que hoy justifican el dicho malestar:

  1. La soledad: el 40 % de las personas alegan sentirse solas. En España hay más de 5 millones de personas viviendo solas, de las cuales 2 millones tienen más de 65 años y de estas el 70,9% son mujeres.
  2. La ausencia de familia: el 38% de las personas refieren no tener familia o si la tienen esta se encuentra lejos.
  3. La pérdida reciente de seres queridos: esta pérdida puede ser por abandono, divorcio, emancipación, aislamiento familiar y muerte de seres queridos. El no tener con quien celebrar las fiestas incrementan y magnifican el sentimiento de soledad y pérdida.
  4. Padecimiento de problemas personales preexistentes: por ejemplo, no tener un trabajo estable, recursos económicos o simplemente una buena salud física. Incluso el duelo o los conflictos familiares en estos días se hacen más presentes por los continuos mensajes de reunión y conciliación familiar.
  5. El frío, los días más cortos y oscuros (escasa luz solar) afectan a ciertas sustancias químicas cerebrales (Melatonina y Serotonina) que alteran nuestro estado de ánimo.
  6. La Navidad se convierte en un período de reflexión, introspección, propósitos y cierre de ciclo anual que nos recuerda que tal hemos estado y vivido el año, causando una mayor sensibilidad, tristeza y soledad.

Nuestro objetivo con este artículo es poder dar algunos consejos a aquellas personas que puedan verse identificadas y darles opciones o ideas para afrontar este período tan especial y sensible, emocionalmente.

Consejos para la depresión navideña

  1. Expresa las emociones negativas a amigos y familiares. Esto te ayudará a desahogarte y poder recibir comprensión y cariño de personas cercanas.
  2. Pedir ayuda a los demás. Delega o reparte con familiares y amigos aquellas actividades que no te hagan sentir bien durante este período (organizar las reuniones, preparativos, compras…).
  3. No hagas comparaciones y aprecia lo que tienes como tu familia y logros propios. Es fundamental relajarnos y disfrutar del tiempo de calidad durante nuestros días de descanso. Busca nuevos retos y dedícate tiempo a ti mismo.
  4. Crea nuevos entornos y tradiciones. Una buena opción es crear espacios de reencuentros, tradiciones familiares para compartir y aliviar emociones negativas. Si estás lejos de tus seres queridos, busca compañía y mantente más activo que de costumbre.
  5. Analiza tus pensamientos y modifícalos por otros más positivos y/o realistas si es necesario. No todo el mundo tiene que estar feliz en Navidad, los problemas no van a desaparecer por sí solos, pero lo cierto es que, a pesar de todo ello, podemos estar con las personas queridas y disfrutar de buenos momentos.
  6. Si echas de menos a un ser querido, deja que la tristeza y el duelo fluyan. No te presiones, pero tampoco te recrees en las emociones negativas. Puedes rememorar desde la alegría o, como hemos mencionado, buscar tradiciones diferentes que no te trasladen a la nostalgia. Céntrate en las personas que están presentes hoy contigo, con aquellas que te hacen sentir bien.
  7. Intentarlo no es forzarse. No siempre hay que estar alegres y agradar a todo el mundo. Trata de salir de casa y disfrutar de buenos ratos con la familia y los amigos, pero no te sientas obligado a hacerlo solo porque sean fechas señaladas en el calendario.
  8. Practica el Mindfulness, Atención plena y la relajación.
  9. Haz tareas de voluntariado social. Ayuda a personas que valoren tu esfuerzo y tiempo y quienes agradecerán tu voluntad de ayudar.
  10. Vigila no beber y comer en exceso.

A todas las personas que se sienten solas les recomendaría que encontraran algo que hacer para estar con otras personas: una afición, un entretenimiento con alguien para poder relacionarse y hablar con esa persona o personas sobre él/ella mismo/a. Y a los familiares de todas las personas mayores, les animo a que no solo estén en navidad sino que más a menudo intenten animar, comprender y ayudar a personas vulnerables.

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