Los celos son un sentimiento o emoción común, que surge como consecuencia de un exagerado afán de poseer algo de forma exclusiva y cuya base es la infidelidad, ya sea real o imaginaria, de la persona amada. Los celos no suponen necesariamente un problema psicopatológico. En realidad, constituyen una de las grandes pasiones del ser humano.
La forma en que una persona procesa la información afectiva, la forma que tiene de sentirla, evaluarla e incorporarla a su vida puede llevarle a sufrir lo que popularmente se entiende como “mal de amores“. Creer que el amor es para toda la vida, que el amor lo puede todo o justifica cualquier cosa puede llevarnos al sufrimiento, e incluso, a sufrir un trastorno mental, en cuyo caso la mejor recomendación es consultar a un psicólogo especialista en ansiedad. Hay maneras de amar que hieren, que nos van desgastando lentamente o simplemente nos confunden, hasta el punto de sentirnos irracionalmente culpables o de convencernos que sufrir por amor es un hecho normal y que todos, alguna vez, lo hemos sufrido.
Cuáles son los límites de los celos
Los límites entre los celos normales y patológicos resultan difíciles de establecer. Los celos, cuando son intensos, interfieren negativamente en la vida cotidiana y reflejan la existencia de una inseguridad personal, así como de un sentimiento de posesión sobre la pareja y de un temor a perderla en beneficio de un rival. Si nuestra pareja es una persona celosa, que piensa que el mundo es malo y por ello, te pone en su punto de mira, controlando tus idas y venidas, tus compañías, tu teléfono o email, y si estas emociones y pensamientos se vuelven obsesivos, él sufrirá, pero tú también. La persona celosa tiende a buscar o emparejarse con personas que necesitan que el otro esté celoso y sufra por ella para así sentir que su amor es verdadero.
El amor enfermizo, en cualquiera de las manifestaciones que pueda adquirir, es un problema de salud pública que nos afecta a todos y al cual hay que poner fin.
Qué reacciones tiene una persona ante un episodio de celos patológico
La persona experimenta, invariablemente, un miedo intenso de perder a su pareja, un profundo temor a quedarse solo afectivamente, un acentuado sentimiento de vergüenza y de humillación, y una pérdida del sentimiento de exclusividad sexual, así como la incertidumbre ante el futuro. Esa sensación de malestar es tan intensa y absorbente que consigue colapsar toda su atención y concentración: no puede hacer otra cosa que pensar y pensar sobre lo mismo. De hecho, algunas personas son capaces de montar en cólera cada vez que su pareja menciona una relación anterior, aunque esa haya pasado antes de conocerle o en su adolescencia.
Como en el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), el celoso solo consigue un leve alivio de su malestar realizando conductas comprobatorias -ojeando su móvil, su email, sus horarios, amistades…-, las cuales se convierten en un auténtico tormento para su pareja, porque son conductas que van dirigidas a verificar la base real que tiene esos sentimientos y pensamientos que le atormentan a todas horas.
Cuáles son las claves para tener una relación sin celos
El famoso terapeuta Walter Riso afirma que los ingredientes esenciales que una pareja deber tener para que esta sea funcional en el tiempo son:
- El deseo
- La amistad
- La preocupación por el otro
El Eros de Platón es el deseo, la concupiscencia de Aristóteles es la complicidad, el humor. Y el ágape es la compasión, la ternura por el otro. El eros puede que no se rompa, pero si se rompen la filia y el ágape -cuando tú estás mal, tu dolor me duele-, se rompe la dimensión ética del amor. El amor tiene que ser recíproco y solidario. La única certeza que puedes tener en el amor es que tu pareja nunca va a hacerte daño intencionadamente.
Entonces, un buen amor debería ser:
- “Aquel que se ve correspondido”: que te quieran de acuerdo con lo que uno necesita y sentirse retribuido en la medida de la reciprocidad es algo que no debería ser negociable.
- “Aquel que tu autorrealización personal no se vea obstaculizada o condicionada por el otro”: Nuestro modelo de sociedad patriarcal ha hecho creer a los hombres que tienen el control y que poseen privilegios (el poder, el prestigio y la posición social). Hemos asociado el amor al sacrificio y al sufrimiento. Por ejemplo, si mi pareja me pidiese que abandonara mi carrera profesional para dedicarme a cuidar la casa o los niños, deberíamos dudar de su amor, porque la autorrealización personal es algo fundamental en el ser humano. Hoy en día, en EEUU el índice de divorcios ya es superior al de los matrimonios.
- “Aquel que no viole mis principios de dignidad, valores éticos, morales y religiosos con los cuales me siento bien”: Hay principios que realmente no admiten ninguna negociación.
La importancia de la autoestima
En toda relación de pareja satisfactoria la base de la misma es su autoestima, ese sentimiento de valía personal, que resulta fundamental para disfrutar de la vida. Es la forma en que una persona se valora a sí misma y a lo que es capaz de hacer. Además, refleja el sentimiento de satisfacción que deriva de dicha valoración con su persona amada y con su entorno. Así, la persona se siente capaz y satisfecha consigo misma, mantiene relaciones sociales adecuadas con los demás y acepta críticas sin ver intenciones ocultas del resto de personas.
La baja autoestima puede ser el resultado de haber vivido una experiencia negativa traumática o un rasgo estable en la personalidad de uno. En el primer caso, la persona puede superarlo progresivamente o con ayuda de profesionales. En cambio, en el segundo caso, la baja autoestima se encuentra enraizada en la persona: su percepción negativa es más global e incluso forma parte de su indentidad personal, de su carácter. Entonces, difícilmente lo superará si no acude a un profesional especializado en la dolencia que padece.
